Verdaderamente, cuando lo vio, no se atrevía a confesarse ¡Le había fascinado! Exhaló un profundo suspiro y dijo para sí “Éste es el único de los lugares en que se encuentran las puestas de sol”.
Echó un vistazo alrededor; no había desierto, exclamó:
¡Caramba!
Y hay espacio para los dos.
Del libro El Principito Pág. 57
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